Por / Jesús Avila Murillo /

HAY QUE DECIRLO. – Más claro, ni el agua.  – Es ya un hecho probado, la ruptura de ese lazo que unía e identificaba a la clase política con los diferentes medios de comunicación.

El paradigma de “ayudaos los unos a los otros”, al cesto de la basura ha ido a parar, quedando en la pizarra de los acontecimientos actuales por parte de la clase política, la anotación del; “no los necesito”, y, en esta ocasión, al definir la clase política, se hace referencia a partidos políticos y sus alianzas, así como a la amalgama de candidatos que aspiran a los puestos de elección popular, como son las dos senadurías por Tamaulipas, las diputaciones federales y las alcaldías de los 43 municipios, junto con sus listados de síndicos y regidores.

Ante el amplio y gratuito panorama que hoy en día ofrece la tecnología en el ámbito de la comunicación, en este caso el que representan las redes sociales, esa clase política al dar forma a su respectivo y selecto equipo humano de trabajo, consideran prudente no invertir, no gastar un centavo, utilizando a los medios de comunicación, para difundir actividades de campaña e imagen política, cuando desde sus comités de campaña, esos colaboradores agregados bajo la esperanza de obtener un trabajo ganando la elección, a medias se encargan del manejo de imagen política y divulgación de propuestas políticas, aprovechando la gratuidad del Facebook, de Twitter, de Instagram, de Youtube, etcétera.

Lo extraordinario de este suceso de ruptura aplicado por la clase política es que; dejan pasar por alto que la mayoría de los diferentes medios de comunicación, no surgieron en estos días al calor de la política, su existencia data de muchos años atrás y, en sus trabajos noticiosos de antaño, se ha escrito la historia y devenir de esos institutos políticos, de pasadas alianzas político-partidistas, de otras anteriores generaciones de personajes políticos aspirantes a un puesto de elección popular, y en sus históricas notas informativas se ha dado cuenta del buen, o mal desempeño de quienes ocuparon los diferentes cargos de elección popular, es decir; hay recuerdos que no se olvidan y que puede ser apropiado ponerlos en vigencia en caso necesario.

Sin embargo, también de actualidad es el ominoso panorama de la inseguridad que enfrente se tiene, por lo que los medios de comunicación debidamente reconocidos por su trayectoria informativa a través de los años, sencillamente deberán aceptar pasar a formar parte de los desempleados, en otras palabras, por ser prestadores de servicios sin oportunidad de trabajo, el silencio es su mejor salvaguarda y estar dispuestos a entrar de lleno en la búsqueda de un radical cambio de oficio.

En el caso de este Diario Digital, con 24 años de independencia laboral, 10 años con presencia en la Internet a través de un portal en la Web y 57 años de ejercicio periodístico, la postergación de citas para sostener diálogos con los aspirantes a la alcaldía mantense, el permanente silencio en el tono de marcado de los teléfonos celulares, el envío de la llamada a correo de voz, etcétera, solo nos muestra que; “clareando amanece”, no hay vuelta de hoja, nuestra prestación de los servicios de informadores no son necesarios para esos candidatos….. NI MODO, HAY QUE DECIRLO…