HAY QUE DECIRLO. – Corrían los años correspondientes al segundo lustro de la década de los 70’s, el autor del comentario se desempeñaba como instructor de Karate en la Escuela Preparatoria Mante y Facultad de Agronomía “General Lázaro Cárdenas del Río”, alternando esta actividad con mi profesión de periodista y como jugador del equipo de Fútbol Americano “Cardenales de la FALCUAT”.
Por esa época, en pleno auge del deporte a través del Fútbol Americano en Agronomía Mante, nace la misma inquietud entre jóvenes bachilleres alumnos de la Prepa-Mante, de tal forma que, desde la Rectoría de la Universidad Autónoma de Tamaulipas, autorizaron la creación e integración de un equipo de Futbol Americano en la Prepa, así nació el equipo “Vikingos”.
En dicho equipo Vikingos de Prepa Mante, figuró como Coach principal nuestro apreciado profesor José Tovar González, quien también era el Coach en jefe de Cardenales de Agronomía.
El caso es que el profe Tovar nos llamó a Ramón Garza jugador de Cardenales y aun servidor, como sus entrenadores asistentes en el equipo de Vikingos de Prepa Mante, ahí, en ese grupo de estudiantes de bachillerato, sobresalía uno de ellos, un joven alto y robusto, inquieto y muy risueño: Efrén Compeán Ramírez.
Allí conocí a Efrén Compean; quien se distinguió por hacer lo que podía en los fuertes y obligados entrenamientos de americano, donde me tocó como asistente, hacer las veces de preparador físico, de tal forma que si ordenaba; 10 vueltas corriendo a la pista del campo Zaragoza, Efrén protestaba y gritaba UNAAAA…. Vamos muchachos…50 lagartijas… y… volvía a escucharse el grito de Efrén… TREEESSS…. Vamos Vikingos… 100 abdominales…. Y de nuevo Efrén CINCOOOO….
Transcurrió el tiempo, Efrén Compeán Ramírez, llega en su momento como estudiante, a la Facultad de Agronomía Lázaro Cárdenas, para ingresar al equipo Cardenales y tratar de ser mi alumno en Karate, asistiendo por escaso un mes a los entrenamientos, para desertar porque se le ampollaban las plantas de los pies, toda vez que en el entrenamiento de Karate es obligado hacerlo descalzo.
Así pasaba el tiempo, en cierta ocasión, la comunidad estudiantil de Agronomía quedó sorprendida por la presencia de angustiada señora, quien recorría los pasillos preguntado a todos los estudiantes por su “Retoño”, sin dar el nombre, solo preguntaba por su “Retoño”, cuál sería la sorpresa de todo el alumnado, cuando de pronto se paró dicha señora en la puerta de una de las aulas y gritó: “Retoño” te ando buscando caray… El retoño de esa dama (qepd) era nada más y nada menos que; Efrén Compeán Ramírez.
Pudiese seguir escribiendo llenando página tras página, contando anécdotas del “gordito”, porque así le llamé siempre, incluso para impulsarlo deportivamente le decía; “corre gordito….corre”, cuando apenas había recorrido un par de cientos de metros y, siempre recibí la misma respuesta; “el gordito ya no corre… mejor camina”… Ese fue Efrén Compean Ramírez que recuerdo, ya en el presente, solo al escuchar la expresión de la palabra “Dawn”, sabía de quien se trataba, del risueño, alegre y dicharachero Compeán… Gordito, saliste antes en esta última jugada…No hay castigo; solo espérame…. NI MODO, HAY QUE DECIRLO…