HAY QUE DECIRLO. – Así de fácil, la dama del sombrero se hace presente y espera alfombra, quema de incienso y reverencias a su paso. – Para estimular estas muestras de lacayismo, exhibe gran sonrisa.
Por cierto, procura mantenerse callada la mayor parte del tiempo, por aquello de su dificultad para expresarse en público, más, si los temas de diálogo le son desconocidos.
Sin embargo, con todo y eso, pretende que la ciudadanía le confíe su voto para alcanzar una curul en el Congreso del Estado.
Como simples espectadores de su desenvolvimiento en el escenario político, fuera del círculo cañero, observamos a un personaje surgido de la nada, para incursionar en un ámbito que requiere de alguien con un perfil político que provenga del sentir ciudadano, es decir, ganado a pulso, no por recomendación, no por el hecho de ser quién es.
Para adentrarse en el ánimo del electorado del XVII distrito, la dama del sombrero deberá dar muestras de honestidad, manifestar su separación del cargo que representa, para trabajar las 24 horas en lo que, hasta este momento, es su personal proyecto, porque venido a ver, de alcanzar el triunfo en las urnas electorales, sin haber dejado el liderazgo cañero, de cuánto tiempo sería su disposición para estar presente en el Congreso Estatal. – ¿Representaría por momentos los intereses de la ciudadanía, o estaría concediendo prioridad a su labor directriz de los cañeros?
Es de considerar la trascendencia de participación de un experimentado electorado del décimo séptimo distrito, cuya cabecera jurisdiccional radica en El Mante, toda vez que en ese mismo escenario está presente la figura de un ex diputado local, de un ex presidente municipal de El Mante, de un ex secretario de turismo, etcétera, formado en esas trincheras donde el hacer política, es el cotidiano alimento, además que en estos momentos, representa ese amenazante tsunami guinda, que sin mayores muros de contención, como es el caso de la dama del sombrero, obvio, en las urnas electorales dejará sus efectos…. NI MODO, HAY QUE DECIRLO…