HAY QUE DECIRLO. – En el diario bregar en busca de información, intentamos obtener una entrevista periodística con uno de los nuevos funcionarios municipales en El Mante, topándonos con mayúscula sorpresa al ser enterados que; “de acuerdo al código de conducta del ayuntamiento, cualquier tipo de información oficial, solo puede provenir del presidente municipal, o del responsable del área de comunicación social”.

Se trata pues, de una herencia de la pasada administración pública municipal que presidió Juan Francisco Leal Guerra, quien en acuerdo de cabildo obtuvo la venia para solicitar al Congreso del Estado, la creación del mencionado código, cuyos conceptos están orientados a restringir la información que se pueda proporcionar a los medios de comunicación, por parte de directores, jefes de departamento o simples empleados municipales.

Lo extraordinario del caso es que; este mentado código se puso en vigor a partir del día 31 de mayo de 2017, después de haber sido publicado en el Diario Oficial del Gobierno del Estado, el día 21 de marzo del mismo año y; sin embargo, nadie respetó, ni hizo respetar los ordenamientos de susodicho código de conducta, baste recordar que en la pasada administración, hasta la dirección de obras públicas contaba con una página en Facebook, en cuyos espacios públicos difundía las actividades que desarrollaba el personal de esta dependencia.

Hoy, los nuevos funcionarios municipales, siguiendo al pie de la letra esos ordenamientos de Código de Conducta, niegan conceder entrevistas periodísticas proporcionando información relacionada con su desempeño, anteponiendo que cualquier dato informativo debe partir del alcalde Vázquez Ontiveros, o del jefe de departamento de comunicación social, así que no hay forma de lograr información exclusiva o apegada a una personal idea del periodista.

Esto aclara por qué las pasadas actividades del alcalde han sido privadas, negándose el acceso a los representantes de los diferentes medios de comunicación, debiendo permanecer a la espera del envío del consabido boletín oficial en el que se hace referencia a los temas privados tratados en esas reuniones oficiales.

Quienes construyeron este dique que impide el libre acceso a la información, simplemente se pitorrearon del contenido del mentado código de conducta.

Extrañamente los sucesores, tal por la novatez, se muestran temerosos de contradecir lo que dice un mancillado código de conducta… NI MODO, HAY QUE DECIRLO…