HAY QUE DECIRLO. – Inocultable verdad es la que enfrente tienen los candidatos a la presidencia municipal de El Mante.

Tal situación es acreditable a ese electorado nada confiable por naturaleza cambiante de parecer a cada instante, que lo mismo dice “Si” en este momento aceptando compromisos y, segundos o minutos después se olvidó de lo antes dijo.

Bajo esas condiciones de todo el tiempo, podemos comparar sin temor a equivocarnos, la época de posadas navideñas, con las campañas político-electorales de hoy en día.

En esas circunstancias observamos a la ciudadanía en espera del “Santa Clos” más generoso, al que trae más obsequios, es decir, esto, si estuviésemos en época navideña, sin embargo, la similitud de condiciones es tal que; adentrados en plena campaña político-electoral, el electorado permanece atento en espera de la visita de cualquier candidato, siempre y cuando sea portador de regalos y, aun cuando uno de esos candidatos se haya distinguido por la calidad de los obsequios otorgados, nada seguro tiene de contar con ese voto “prometido” al calor de la dádiva.

Por otro lado, sin llegar a presumir de minuciosos observadores, estamos viendo las numerosas y alharaquientas comparsas que trae cada candidato, tratando de mostrar con ello su “poderío” de arrastre y convencimiento, o en su defecto, capacidad económica que le permite sufragar diariamente el apoyo que se le otorga a cada uno de esos seguidores, aunque también pudiese tratarse de personas que le apuestan al triunfo electoral de su candidato, en espera de una oportunidad laboral, pero, desconociendo que por más oportunidades de trabajo que cada cambio de administración municipal permite, no llega a la contratación de 300 empleados de confianza, así que aquel candidato que se vea acompañado de un numeroso grupo bajo la apuesta de ganar la elección y conceder oportunidad de empleo, tendrá problemas cuando enfrente la cruda realidad que se desprende de los informes contables del erario.

Sin más, en El Mante son ocho candidatos que quieren tener el poder político, porque en realidad ignoran en estos momentos, todo cuanto encierra el sistema operativo de la administración pública municipal, donde los presupuestos oficiales provenientes de la federación y estado, vienen estrictamente etiquetados, de tal forma que el plan o proyecto anual de obra pública municipal, no permite al presidente municipal disponer a su albedrío la ejecución de tal o cual obra, y es aquí, donde se fracasa a la hora de intentar cumplir compromisos de campaña, surgiendo de inmediato los reclamos, las críticas, aun, hasta de aquellos que no votaron…..NI MODO, HAY QUE DECIRLO…