Ciudad Mante, Tamaulipas, México / Abril 28 de 2019 / JAM / El contenido de esta breve narrativa (sin ser el cronista), lleva la intención de aportar algunos datos informativos que sirvan de referencia a las nuevas generaciones de mantenses, por tratarse de históricos pasajes de la vida en esta ciudad.

Aunque no lo crean; El Mante durante algún tiempo contó con el servicio mixto de Ferrocarriles Nacionales de México, es decir, servicio de carga y pasaje.

Para ello, se contaba con un ramal de vías férreas que provenían de Estación Calles, derivándose del ramal principal de Ferrocarriles Tampico-Monterrey.

Este ramal de vías férreas comunicaba a Estación Calles, Xicoténcatl, El Limón, El Mante, La Gavia y finalmente Clavo de Oro, ya en las inmediaciones del municipio de Tamuín, San Luis Potosí.

Obvio, ese trayecto de las paralelas del ferrocarril, existían varios paraderos intermedios que correspondían a rancherías o ejidos con necesidad de comunicación y transporte, al carecer en esos tiempos del transporte colectivo vía terrestre.

En cuanto al servicio de pasaje, Mante-Calles y puntos intermedios, su costo era muy económico y estaba sujeto a dos horarios por día.

Relacionado con el servicio de carga, el de mayor importancia lo representaba el acarreo de furgones cargados de caña de azúcar, para abastecer los ingenios de Xicoténcatl y El Mante.

Por otro lado, de acuerdo a los ciclos de siembra en la región de la zona temporalera de El Mante, el ferrocarril transportaba decenas de furgones cargados de Sorgo, Soya, Maíz y otros granos producidos en esa zona agrícola, teniendo cargadores en Clavo de Oro, División del Norte, El Refugio, La Gavia y El Mante.

Eso fue el auge que se vivió en aquel Mante que demostraba progreso y apuntaba a un promisorio futuro, cosa que no se dio.

Cientos de miles de toneladas de productos del campo fueron trasportadas por Ferrocarril partiendo de El Mante y Xicoténcatl.

Llegaría el día, allá, a principios del primer lustro de los años 80’s, en que Ferrocarriles de México determinó suspender toda actividad operativa en este ramal ferroviario, alejándose de Xicoténcatl y El Mante.

Esto ocasionó que durante mucho tiempo se acumularan furgones del ferrocarril en las diferentes estaciones de la región, así como paraderos oficiales.

También llegó el momento en que estos furgones, así como los pesados tramos de rieles de acero y los sostenes de madera conocidos como “durmientes”, paulatinamente fueran desapareciendo.

Hoy en día, en pequeñísimos tramos, en El Mante aún se observan instalados en su lugar de origen, parte de esos rieles de acero soportados como base por los legendarios “durmientes”.

Con certeza podremos decir que los nuevos mantenses podrán haberlos visto infinidad de veces, sin saber de qué se trata, o qué representan, pero son eso, trozos dispersos y olvidados de la historia de El Mante, de esos pasajes que a nadie importan, salvo a mantenses de aquellas épocas que hemos crecido y aún estamos vivos y lúcidos, a quienes la nostalgia invade cada vez que en suerte tenemos cruzar por esos sitios, donde hay tramos de lo que fueron las vías de Ferrocarriles Nacionales de México.