Ciudad Mante, Tamaulipas, México / Abril14 de 2019 / JAM / Siendo de El Mante, con tristeza nos damos cuenta, como el paso inexorable del tiempo ha venido cobrando su factura, en cuanto se refiere a la desaparición de antiguos edificios que representaron en su momento, el desarrollo económico de esta región.

Más triste aun, pero imposible de evitar, es la paulatina pérdida de aquellos mantenses que pertenecen y pertenecieron a las décadas de los años 40’s y 60’s, pléyade de hombres y mujeres emprendedores que con su paso dejaron huella y constancia por este terruño.

La cruda realidad permite a esos escasos mantenses de aquellas épocas, tener el privilegio de ser testigos de los reacomodos, sociales y económicos que se están dando en El Mante.

De esa situación, se observa cada golpe de destrucción que se está dando, en lo que fuese el sólido edificio de aquella legendaria Embotelladora Mante de Coca-Cola, empresa propiedad de la familia Fleishman del puerto de Tampico, quien por años sostuvo en la gerencia al inolvidable Jesús Altamirano, cuyas estrategias de ventas y promoción de eses refresco gaseoso, sostuvo a esa empresa en primerísimo lugar en las preferencias del público consumidor.

Embotelladora Mante de Coca-Cola, fue una gran fuente de empleo, hombres y mujeres desempeñando las tareas ocupacionales más diversas, regidas por un disciplinado sindicato de empleados que dirigió el fallecido Federico Zarazúa Juárez, cuando el peso político de la CTM era real.

En el presente, por horas, están a punto de caer las últimas paredes de ese antiguo edificio, con esa destrucción se cierran muchas páginas de la historia productiva de El Mante, dando paso a una nueva época, en donde no tienen, ni tendrán cabida aquellos hombres y mujeres que provienen de las generaciones 40’s y 60’s.

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