Ciudad Mante, Tamaulipas, México / Febrero 25 de 2019 / JAM / Se acentúa el castigo a la economía en general, con el progresivo incremento al costo de los combustibles derivados del petróleo, debido a que el pivote alimentador de todas las actividades productivas dependen del consumo cotidiano de gasolinas, diésel, lubricantes, grasas, etcétera.

De nada sirve que en algunas regiones de México el costo de esos combustibles sea unos centavos menos que en otros, ya que esto origina un total desequilibrio en la economía nacional.

En el caso Mante, por tratarse de un municipio netamente agropecuario, los productores rurales están enfrentando el más notable castigo económico de toda la historia, por un lado, han perdido el apoyo oficial para el estímulo de siembra de granos, por otro, al tener un mercado donde los precios de las cosechas no reditúan ganancia alguna, al quedar muy por debajo de los costos de producción y, por último, enfrentar el costo del diésel que es superior al de las gasolinas, siendo que el diésel es el que permite el funcionamiento de toda la maquinaria agrícola, quedan en total desamparo.

La realidad a inmediato futuro se ve venir con la hambruna, toda vez que serán pocos, muy pocos los productores que se arriesguen a sembrar sus tierras.

Aunado a todo lo anterior es posible observar y resentir, la incipiente carestía en todo tipo de actividades de compra, transporte y demás, carestía que se prevé imparable sepultando los exiguos salarios de toda la población activa.