Ciudad Mante, Tamaulipas, México / Noviembre 29 de 2018 / MPE / Quienes se dicen pensar positivamente recomiendan no volver la vista atrás para recordar el pasado, sin embargo, sin pasado, no hay presente, ni habrá futuro.
Bajo esa premisa que surge de una personal forma de pensar del autor de estas líneas, esta ocasión, como en anteriores, nuestra vista, nuestro pensamiento, nuestro recuerdo, lo trasladamos al pasado de El Mante, ubicándonos en esa época en que se vivió breve repunte económico-social en esta ciudad.
Vamos al inicio del segundo lustro de los años sesentas, en plena efervescencia de una creciente economía, que de refilón benefició a la mayoría de los habitantes de El Mante.
En esa época, dado a la bonanza del momento, los capitalistas locales, como don Juan de Dios Villarreal, don Felipe Cervantes Lara, don Zeferino Terán, el doctor Olegario García, don Gerardo Ferrara, entre otros connotados mantenses, se aventuraron a crear el “Banco del Mante”, institución bancaria sostenida económicamente por esos distinguidos, emprendedores y visionarios hombres de empresa que ya mencionamos.
Con ello se ejemplifica el desarrollo económico que se vivió en esos años, cuando la siembra del algodón fue la parte medular para el explosivo crecimiento demográfico y riqueza en esta región de El Mante.
Consideramos oportuno cumplir con este tipo de información de los mejores tiempos que ha tenido El Mante, con el propósito de parcialmente enterar de lo que hoy no se tiene a las nuevas generaciones de mantenses, además de ser datos informativos que jamás darán a conocer los cronistas.
Cierto, los años de prosperidad para los habitantes de este municipio, fue como un destello de buena fortuna, tan es así que, casi a finales del segundo lustro de los 70’s, el Banco del Mante cerró sus puertas al ser absorbido por otras instituciones bancarias con mayor firmeza económica.
También es cierto que en la actualidad existen en esta ciudad casi una docena de instituciones bancarias, pero ello se debe a que los mantenses somos excelentes generadores de divisas, las que al ser exportadas a otros lugares mantienen congelados a los empresarios locales, de tal forma que no existen indicios de que en algún momento, surja otro grupo de mantenses emprendedores y visionarios, con disposición de arriesgar sus personales capitales económicos abriendo otra institución bancaria netamente local.
En este local de color rojo funcionó El Banco del Mante, allá por los años 60’s y 70’s, entonces había bonanza que beneficiaba a todos por igual.
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