Ciudad Mante, Tamaulipas, México / Octubre 21 de 2018 / MPE / Son sus macizas viviendas que han soportado de todo; los años, los embates climatológicos, los daños naturales y en algunos casos el abandono, la huella inocultable de aquel Mante amigable, tranquilo, seguro, compartido entre sus moradores, y esto, permanece a la vista de todos en cualquier calle, de cualquier viejo barrio.
Orgullosas viviendas que aun aprisionadas entre edificaciones de material moderno, no pueden ser opacadas, su austeridad supera lo fatuo de sus vecinos, a la vista surgen espontáneas señales de la firmeza de carácter de sus antiguos moradores.
Esas casitas de enjarre y zacate, fortalecidas con varas y palma en raja, techos de lámina, incluso de palma, están ahí, de pie, sobrias, inspirando respeto, para quienes tuvimos la dicha de morar en una vivienda con estas condiciones, a la que se añade un espacioso patio predominante en aquellos años en que El Mante, era de los mantenses.
Podemos andar por todas aquellas viejas colonias que dieron forma a Ciudad Mante, al sur, Ladrillera, Miller, Independencia; al poniente, Obrera #1, Azucarera, Nicolás Moreno, Anáhuac #2, Quintanilla, Núñez, Anahuác #1; al oriente ejido Mante, Villa Juárez, Vicente Guerrero; al norte Miguel Alemán; al centro Primero de Mayo; y en sus calles, a cada paso, encontraremos la indeleble huella de esas viejas casas que albergaron y aun albergan a familias mantenses originales y sus descendientes, un orgullo recordar cada casa donde se conocía a que familia pertenecía, ese fue El Mante que se perdió.
En aquellos años del añorado Mante, se crearon infinidad de cuarterías o vecindades, para ofrecer vivienda en renta a cientos de familias fuereñas provenientes de San Luis Potosí, de Querétaro, de Aguascalientes, de la huasteca hidalguense, familias que llegaron para trabajar en la pizca del tomate, del chile, la cebolla, luego al corte de caña y más adelante a la pizca del algodón, a muchas de esas familias les fue bien y se arraigaron en esta Ciudad, lo que al paso del tiempo provocó nacieran nuevas colonias ante la demanda de propiedades.
El Mante actual está poblado por una generación desconocida para aquellos antiguos mantenses.
En esta época de valores perdidos no existe respeto de la niñez, ni de la juventud actual, para aquellos seres mayores de edad, bueno, ni para sus propios progenitores; hay comportamientos sociales que riñen con la moral y se tornan una amenaza para la seguridad de las familias pacíficas y de trabajo, por eso hay añoranza de NUESTRO MANTE PERDIDO, POR ESO MUCHOS MANTENSES EMIGRARON.
Foto tomada en el cruce de la calle Tampico y Ocampo, ex colonia Primero de Mayo.
Foto tomada por la calle González, entre Magiscatzin y Xicoténcatl.
Foto tomada por la calle Ocampo, entre Quintero y Tampico, ex colonia Primero de Mayo.Foto tomada por la calle Quintero, entre Manuel González y Ocampo, ex colonia Primero de Mayo.
Foto tomada por la calle González, entre Quintero y Xicoténcatl, ex colonia Primero de Mayo.
Foto tomada por la calle Quintero, entre Zaragoza y Morelos.
Foto tomada por la calle González, entre Tampico y Quintero, ex colonia Primero de Mayo.
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