Ciudad Mante, Tamaulipas, México / Septiembre 26 de 2018 / MPE / Como principio elemental entre la clase política predomina la frase aquella que dice: “El poder no se comparte”, sencilla recomendación que el alcalde Juan Francisco Leal Guerra no pudo descifrar y no quiso aplicar.
Desde el inicio de esta agonizante administración pública municipal, el jefe de la comuna se mostró dúctil en manos de la experimentada CP Norma Lilián Benavides Rodríguez cuyo desempeño oficial como miembro del ayuntamiento es, o fue síndico primero, luego de haber sido Contralora Municipal en el trienio 2008-2010.
Tras la poltrona de alcalde, Norma Lilián tuvo desempeño con facultades de ejecutivo municipal, compartiendo el escenario político con el jefe edilicio, con la personalidad de representante legal del ayuntamiento mantense, la síndico primero tuvo a su cargo delicadas tareas de gestión y trámite en la Ciudad de México, sirviendo de enlace para la obtención de recursos económicos de los diversos programas federales.
En el caso de organizar y marcar la ruta por donde debería transitar esta administración pública municipal, la edil en referencia según se dice extraoficialmente, hizo valer sus recomendaciones ante el presidente municipal, para lograr las “renuncias” de varios ex colaboradores de primer nivel, quienes fueron sustituidos por simples encargados de despacho, con el fin de que los “renunciados” pudieran continuar cobrando en la nómina oficial, además de abrir espacios ocupacionales para personajes recomendados de la propia síndico primero.
Esta blanda disposición del alcalde Leal Guerra, provocó marcada incisión entre los demás miembros del cabildo, cuya mayoría dejó de acompañarlo en los eventos oficiales, por no aceptar que hubiese una afortunada “presidenta municipal”.