El Mante, Tamaulipas, México / Diciembre 10 de 2024 / Porque escribimos la historia, tenemos memoria y también archivo… Publicación hecha el 01 de marzo de 2014.

HAY QUE DECIRLO.- Este día, algo surgido de muy dentro de mí, me obligó a volver la vista al pasado, a los años 70’s, a reunirme con mis amigos Guillermo Limón Ponce de León (El Viejo Chingado), Antonio Castillo Alonso (Quininito, ñerocompa o Toño) y Jesús Bustos (Chavo), integrantes del Trío «Los Almirantes».   – El Viejo primerísima voz, Toño el primer requinto y segunda voz y Chavo segundo requinto y tercera voz.

  El autor de estas líneas, Memo y Toño, éramos empleados del periódico Matutino, así que el punto de reunión para los ensayos musicales de «Los Almirantes», eran cada tercer noche, en las instalaciones del taller de PRENSA de Matutino.  – Vaya agasajo musical del que disfrutaba, escuchando esa privilegiada voz del Viejo, observando y escuchando la magistral interpretación de cada introducción, por los mágicos dedos de Toño, que no decir de la digitalización dominante de Chavo y su ronca tercera voz.   – Para orgullo y satisfacción de este comentarista, era el único extraño al que aceptaban estuviera presente en sus ensayos, incluso, me hacían el honor de tocar y cantar alguna melodía que yo les solicitaba.

  Aquellas viejas canciones de «Los Panchos», eran pan comido por mis amigos «Los Almirantes», su juego de voces y requinteos de Toño, nada pedían en calidad a los famosos «Panchos», ni a los «Dandy’s», ni a los «Tres Ases», a ningún otro trío, que no de decir esa primera voz de Memo, que al cantar algunas melodías del folclor ranchero, su impresionante falsete, bien podía competir con el de Miguel Aceves Mejía, mientras que Toño y Chavo, dando muestras de sus habilidades dominando el requinto, jugaban cambiando o combinando a la vez, de primero a segundo requinto, haciendo lo mismo con sus voces, de segunda a tercera y viceversa.   – Si señor, que «conciertos» aquellos.

  No había una semana en que «Los Almirantes» se reunieran para llevar alguna serenata, entre ellos esto significaba trabajo, y le llamaban «echarse una palomita».   – En muchas ocasiones aceptaban llevarme de «arete» a sus serenatas, es decir, de escucha, y que placer era sentir esas piezas musicales, verles con que pasión y cuanto disfrutaban cantar a una dama, a nombre de su novio o prometido, al final de cada «palomita», Memo, Toño y Chavo, iban a cenar, comentando el desempeño que habían tenido momentos antes, se retroalimentaban de su trabajo para hacerlo más profesional cada vez.

  Cuando había espacios de tiempo sin trabajo en Matutino, y el Viejo andaba por ahí, generalmente le pedía, «viejo saca la guitarra y toca algo», Memo Limón era juguetón conmigo, el hombre me llevaba algunos años, sin embargo teníamos algo que nos identificaba, casi siempre lograba mi objetivo y le pedía, Viejo, canta el «Pastor», luego «Flor Silvestre» «Siboney», entre otras melodías, era yo complacido.

  Otras veces, era Toño el «ñerocompa», quien coincidía conmigo, estando desocupado, atendía mi ruego, toca algo «ñerocompa», escuchar el rasgueo de Toño en la guitarra de Memo Limón, era lo máximo, porque entro de sus virtudes, Antonio Castillo Alonso era guitarrista de música clásica, «Recuerdos del Alhambra» era una de sus preferidas, sabía leer por nota musical cualquier partitura, tocaba el Piano, el Violín, la Flauta y otra gama de instrumentos, entre ellos el Arpa Jarocha.   – Con orgullo puedo decir que fue mi maestro de guitarra, con todo y los reglazos en las manos, para que apretara bien las cuerdas en cada tono, de sus enseñanzas logré aprender a leer notas musicales numéricas.

  Lo dije al inicio, este día ocurre algo que no logro describir, será nostalgia, será que el hilo de mi vida se acorta cada vez, será que el estado de ánimo se presta para recordar a mis amigos hace algunos años ya fallecidos, Memo Limón Ponce de León y Antonio Castillo Alonso, aun vive Jesús Bustos (Chavo), lo ignoro, pero de lo que estoy seguro es que en mi interior, siento algo inquietante, angustia, alegría, tristeza, todo a la vez, los recuerdo con gran cariño y no nada más esta vez, continuamente, pero no bajo las mismas circunstancias….. Nos veo en grupo, cada cual en su sitio guitarra en mano, cantando, riendo, mis queridos amigos… NI MODO, HAY QUE DECIRLO…