El Mante, Tamaulipas, México / Julio 08 de 2024 / Jesús Avila Murillo / Es tiempo, es justo, sería necesario y aceptable, recuperar los espacios públicos de la placita «Aarón Sáenz», liberando sus instalaciones de tantos armatostes que desde hace tiempo la tienen invadida, al igual que su perímetro exterior.

Se considera oportuno hacer una breve narrativa del surgimiento y presencia de la mencionada plaza, primero; dicho lugar desde la creación de Villa Juárez, esa hectárea de terreno circundada actualmente por las calles Tula, al norte, Altamira al sur, Ocampo, al oriente e Hidalgo al poniente, durante mucho tiempo figuró como un predio baldío, sitio que de vez en vez era ocupado por tribus de gitanos «húngaros», quienes en este lugar temporalmente montaban su campamento, luego, servía también para la instalación de juegos mecánicos, también se instalaba en aquellos tiempos, carpas de circos y en los tiempos que permanecía libre, se convertía en campo deportivo para jugar Beisbol.

Al paso del tiempo, en el primer lustro de los años 50’s, la Sociedad Cooperativa de Ejidatarios y Obreros del Ingenio del Mante, vino a transformar este terreno baldío, en lo que sería la Plaza «Primero de Mayo», en sus preliminares trabajos de construcción de lo que serían sus andadores, al centro se construyó una gran pileta que llenaban con agua, líquido elemento que se utilizaba para la mezcla de cemento, arena y demás materiales de construcción empleados en sentar los mosaicos se los andadores, pero, esa misma pileta, los fines de semana que no se trabajaba, se transformaba en una improvisada alberca por decenas de niños que se bañaban en ella, vaciando el contenido a su derredor y creando un espacio cubierto de fango que molestaba a los trabajadores, por lo que en algún momento metieron un lagarto en la pileta, lo que produjo temor en los pequeños bañistas.

Siendo la plaza «Primero de Mayo», una vez concluida su construcción, se tuvo una gran cantidad de árboles de Zarzamoras sembrados en cada lado de los prados triangulares, mientras que al centro de cada prado se crearon hermosos jardínes con la siembra de diversas plantas florales, de tal manera que durante años esta placita contaba con exuberante vegetación, gran cantidad de bancas en cada uno de los andadores perimetrales, como en los del interior, además de un vistoso Kiosco que servía de refresquería para los visitantes.

Cosa curiosa, en aquellos tiempos de los años 50’s, nadie se atrevía a robarse una planta de ornato, tampoco a causar daños a la infraestructura de este lugar de esparcimiento familiar.

Así como pasa el tiempo, llegan modalidades, en el trienio 1972-1974, siendo presidente municipal Onésimo García Osorio, ordenó la construcción el monumento a la «Trilogía de la Independencia», incluso construyó un remedo de fuente, estas obras, en los prados de la calle Hidalgo.

Llegaría el tiempo del abandono a estas instalaciones por parte de las autoridades municipales, de tal manera que en el trienio 1987-1989 que presidió el ingeniero Florentino Aarón Sáenz Cobos, determinó cambiar la fisonomía de la plaza que a estas alturas se conocía ya, como placita «Aarón Sáenz», misma que servía para albergar sabatinamente, a un buen número de comerciantes foráneos quienes pusieron de moda en El Mante el mentado «Mercado Rodante».

Esta situación motivó a Tino Sáenz Cobos a ordenar desaparecer los viejos y descuidados árboles de Zarzamoras, limpiar el interior de los prados de ramas secas en que se habían convertido las plantas de ornato y dar paso a la construcción de una serie de jardineras a lo largo de los andadores exteriores.

De esa forma, esta placita mostraba una imagen muy, pero muy, diferente, a la imagen inicial de los años 50´s.

Todavía en la administración pública municipal que presidió el doctor Héctor López González trienio 2008-2010, al contar con millonario respaldo del gobierno federal, programó y ejecutó otra nueva transformación de imagen de la plaza «Aarón Sáenz», por principio de cuentas, derribó el tradicional e histórico Kiosco, aplicó nuevo diseño a la distribución de estos espacios, construyó un área con equipos metálicos para ejercicios Isotónicos, instaló un área de juegos infantiles y un mini-escenario.

El caso es que, con ese cambio, se dejaron venir un gran número de comerciantes ambulantes que dieron inicio a la invasión de todas esas instalaciones recién renovadas, invasión que creció desproporcionadamente hasta estos días, dejando en claro que no hay autoridad alguna que haga valer los reglamentos existentes.

La verdad de este caso es que; esa hectárea de terreno municipal hoy mal llamada plaza «Aarón Sáenz», esta convertida en tierra de nadie, totalmente invadida por comerciantes que se mantienen aferrados a permanecer en este otrora lugar de sana convivencia familiar.

Por lógica, se cree que para cada cosa existe un lugar específico, como un sanitario que es un lugar para satisfacer necesidades fisiológicas, así que lo que se fundó y creó para los mantenses, como la plaza «Primero de Mayo», hoy plaza «Aarón Sáenz», debe de continuar siendo eso, y no un lugar donde predominan todo tipo de vendimias.

Ojalá, en algún momento surja alguien que si representa y es la AUTORIDAD que El Mante y sus habitantes necesitan, para recobrar tantos espacios públicos que están en manos de informales comerciantes, de esos que no pagan impuestos, ni agua, ni luz, ni renta, ni le rinden cuentas al SAT.