HAY QUE DECIRLO. – Fue un privilegio haber caminado atrás, a tu lado y en algunas ocasiones, por cuestiones de trabajo, correr, o caminar delante tuyo, durante tus recorridos de trabajo por la Ciudad.
Amigo Noé, en ese tu dinámico trajinar cotidiano por todo El Mante, generalmente siendo portador de Bienestar para tus amigos los mantenses, fui testigo presencial de Tú entrega y disposición de apoyar mejorando las condiciones de vida de cientos de familias, vimos pasar varios años de intensa actividad en esas condiciones.
Claro que voy extrañar esas jornadas de acción en las que me abriste los espacios de oportunidad de servirte como comunicador.
Con Tú partida, a partir de la fecha, tengo enfrente un panorama gris, pleno de incertidumbre. – Dejo en claro, nadie, absolutamente nadie, podrá sustituirte, o tan siquiera intentar imitarte.
Para que alguien quiera imitarte, tendrá que despejarse de la nociva indumentaria de la hipocresía, porque es difícil, muy difícil, poseer innata personalidad de un ser humanista, identificado en plenitud, con aquellas personas que menos tienen, tal como siempre lo hiciste, por venir de abajo, crecer, crecer, llevando la idea y compromiso de siempre ayudar a ese gran segmento social donde habitan los desposeidos.
No hay ADIOS amigo NOÉ mi espacio, tú espacio en las redes, permanecerá abierto en espera de aquellos diarios mensajes que me enviabas intercambiando información. – Me invade la tristeza, nada será igual… NI MODO, HAY QUE DECIRLO…