Ciudad Mante, Tamaulipas, México / Junio 28 de 2022 / JAM / A partir de aquel 16 de septiembre de 1973, fecha en que se inauguró y entregó el actual edificio del mercado municipal «Licenciado Benito Juárez» a los comerciantes establecidos dentro del inmueble en mención, el mercado dejó de ser considerado el principal centro de abastos de El Mante.

Al mercado municipal se le conocía como el principal centro de abastos, porque en el interior del viejo edificio demolido, existían tiendas de abarrotes, locales dedicados a la venta de frutas y legumbres, carnicerías, zapaterías, tiendas de ropa, pescaderías, mercerías, etcétera, mientras que en el exterior se localizaban comerciantes semifijos dedicados a la venta de comidas, también había fruterías, sombrererías, puestos de aguas frescas, refresquerías, taquerías y demás.

Una vez que entró en funciones el actual edificio, el mercado municipal se transformó, desaparecieron las tiendas de abarrotes, las carnicerías, todos los establecimientos donde se vendían artículos y productos de la canasta básica, para dar paso preferencial, al establecimiento de hierberías, a las tiendas de ropa y artesanías, al monopolio de locales, a mantener una buena cantidad de locales vacíos y cerrados, de tal manera que se perdió el interés de los mantenses por acudir de compras al mercado municipal.

Con justificada razón, los actuales locatarios del mercado se quejan de las deplorables condiciones que guarda el inmueble, debido a que desde su inauguración, jamás se le ha dado mantenimiento a su techumbre que es de láminas de asbesto, las que en su mayoría permanecen fracturadas, ocasionando la filtración de agua cada vez que llueve, hecho que les ocasiona pérdidas a los comerciantes al mojarse su mercadería.

La realidad es que, a pesar de contar con un administrador oficial del mercado municipal, existe marcada anarquía en su operatividad, al eludir poner en práctica por parte del municipio, el reglamento existente, permitiendo que los locatarios sean los que determinen el funcionamiento y posesión de locales, aprovechando la risible renta de 10 pesos diarios por local.