HAY QUE DECIRLO. – Un proceso electoral más que concluye, nuevas experiencias que se viven y, no se acaba de descifrar el comportamiento de la ciudadanía.
Desde nuestro punto de vista y, siendo nuestra verdad, observamos una impredecible e insaciable ciudadanía, de esa clase social que con nada está conforme, que lo mismo da, le mejores su condición de vida, que recibir una dádiva bimestral, para al final imponer su voluntad caprichosa, simplemente, por no ser tomada en cuenta en un colectivo saludo.
Está por concluir un sexenio de gobierno estatal que, cuando menos en El Mante, se ha distinguido por las innumerables y benéficas obras realizadas y en proceso de construcción, sin embargo, es algo que se califica como una obligación oficial, sin oportunidad para expresar una verdadera muestra de gratitud.
En esos incontables beneficios esparcidos entre los mantenses, cobra presencia la mano gestora del alcalde Edgar Noé Ramos Ferretiz, cuya probada dedicación y esfuerzo ha sido orientada en satisfacer necesidades de quien menos tienen, contando siempre con la mano amiga del gobernador Francisco Javier García Cabeza de Vaca.
Se puede afirmar que el trabajo político del alcalde Ramos Ferretiz ha sido excelente, por estar conduciendo al municipio de El Mante por derroteros de desarrollo urbano, que siempre será en beneficio de sus habitantes.
Sin embargo, cuando llega la hora de ser recíprocos, aflora y se puede aplicar ese calificativo de INSACIABLE CIUDADANÍA, al observarla inclinándose a favor de quien consideran su mayor benefactor, por esa dádiva bimestral que reciben, arrastrando consigo al resto de los componentes familiares.
En resumen; se vive en el mismo entorno de una ciudadanía caprichosa, cambiante, irresponsable, que de momento, al lograr su objetivo de hacer fracasar un proyecto político, más adelante gemirán, llorarán y sufrirán por su desacierto, cambiando sonrisas, burlas y aplausos, por lastimeros ayes de sufrimiento… Al tiempo… NI MODO, HAY QUE DECIRLO…