Ciudad Mante, Tamaulipas, México / Junio 06 de 2018 / MPE / Quien vive, conoce o ha estado en El Mante, sabe que en primavera, verano, otoño y parte de invierno, hablamos de calor, de un calor ambiental que en ocasiones casi alcanza los 50 grados centígrados.

La fama de El Mante por su extrema cálida temperatura se ha extendido allende fronteras, al grado de que por allí había un dicho que decía, que El Mante se parecía al trasero del Diablo, por lo chiquito, lo caliente y lo apestoso, y eso de apestoso se lo acreditaban por las aguas residuales provenientes del ingenio Mante, cuyo canal portador se localiza precisamente a la entrada-salida poniente de la Ciudad.

Pues bien, en esta época del año 2018, al estar resintiendo altas temperaturas que derriten hasta el pavimento de asfalto en las calles de El Mante, su gente, aunque acostumbrada a estar en el asador ambiental natural, se ve obligada a buscar la sombrita de cualquier arbolito, a consumir los tradicionales e infaltables raspados, las chamoyadas, las mangonadas, o en su defecto el tradicional refresco gaseoso.

En breve recorrido de este Diario Digital por los rumbos de la plaza principal “Plutarco Elías Calles”, se capturaron algunas imágenes fotográficas, cuya finalidad es ilustrar estos comentarios, en esas imágenes se observan algunos mantenses agobiados por la onda cálida, consumiendo sus raspados o refrescos, así como a los infaltables comerciantes ambulantes que confeccionan esos refrescantes productos a base de hielo raspado y jarabes dulces saborizantes.

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