HAY QUE DECIRLO. – Lo vivimos cada trienio y cada sexenio, brotan por doquier los gambusinos políticos que aspiran, unos, alcanzar la alcaldía, otros, las diputaciones local y federal.

El Mante uno de los municipios tamaulipecos más politizados, se convierte en el aureo filón para ese tipo de oportunistas personajes, primero por su presidencia municipal y luego por distinguirse como cabecera del XVII distrito local y cabecera del VI distrito federal electoral.

A causa de los bruscos cambios registrados en el escenario político interno de los diferentes institutos políticos, habiendo sepultado idealismos y principios partidistas, en estos tiempos están dedicados a buscar el poder por el poder mismo, de tal forma que les da lo mismo Pedro que Juan como su candidato, aunque no sea militante, nomas con que cuente con capital económico, para poder adquirir capital político, es decir, comprar el voto ciudadano.

Para la desgracia del electorado mantense, donde su gran mayoría corresponde a las clases populares, su precaria situación económica lo ubica como fácil presa de quien le ofrezca una dádiva mayor, obteniendo la certeza del sufragio en las urnas electorales.

El electorado ya no razona su voto, a conveniencia ignora los ofrecimientos tangibles de bienestar para la comuna y su familia, sucumbe ante lo que representa fatua promesa cubierta de oropel, aunque al paso de los dias pague consecuencias, sencillamente perdió el derecho a reclamar por haber puesto precio a su voto.

Bajo este panorama está ya en movimiento lo que representa el proceso electoral 2021 y, El Mante ha sido involuntario anfitrión de varios personajes a quienes bien le sienta el adjetivo de «gambusinos políticos»; unos nomas traen pico y pala, otros tintineantes monedas y algnos crujientes billetes de baja denominación, pero que bastan para la compra de conciencias, lo mismo de siempre… NI MODO, HAY QUE DECIRLO…