HAY QUE DECIRLO. – La libre manifestación de las ideas está consagrada en la Carta Magna en los artículos 6 y 7 y se estableció el 7 de junio de 1951 como el Día de la Libertad de Expresión en México.

Como un día más en el calendario, así ha ido quedando el 07 de junio de cada año, en El Mante se ha olvidado que esa fecha está dedicada a la celebración del «Día de la Libertad de Expresión», fecha que antaño era motivo para convivir autoridades municipales, institutos y personajes políticos, con los representantes de los diferentes medios de comunicación.

A través del tiempo, incontenible fenómeno se ha ido haciendo presente, se trata de la proliferación de una plaga de simuladores del periodismo, de tal forma que para quienes disponían de ofrecer un convivio a los genuinos comunicadores, resulta una descomunal carga tener que aceptar la presencia de esa gran cantidad de «periodistas» de Facebook.

Si, decir «periodistas» de Facebook, es porque se trata de esos presuntos comunicadores que aprovechando esa generosa gratuidad de la plataforma de las redes sociales, hace «periodismo» de banqueta, trasmisiones en vivo, de esas que en un par de minutos se diluyen y no dejan huella, además de no generarles el costo de un solo centavo por esas «trasmisiones en vivo», pero que resultan muy caras para quienes son protagonistas de ese tipo de información.

Por otro lado, esas mismas redes sociales cuya gratuidad es el estímulo para que cada poseedor de un celular se aproveche de las bondades de lo que representa la bendita Libertad de Expresión, de tal forma que pasan formar parte de los comunicadores modernos, confundiendo la LIBERTAD de Expresión en LIBERTINAJE, al utilizar esos espacios gratuitos de las redes sociales, para dejar escapar odios mal fundados, frustraciones personales, irrumpiendo en la vida privada de los demás y cometiendo todo tipo de abusos, la mayoria de ellos cobijados en el anónimato, por aquello de los perfiles falsos, porque hasta eso tienen, son cobardes, mientras que el PERIODISTA GENUINO tiene cara, tiene un nombre, tiene un prestigio ganado con su trabajo a través de los años, tiene un domicilio, cuenta con una página WEB en la Internet, paga por un Hostting, por un Dominio, paga impuestos al fisco federal.

Lo mejor que puede ocurrir es que desaparezca el «Día de la Libertad de Expresión, cuando menos en El Mante, ciudad pequeña donde proliferan casi un par de centenares de comunicadores, la mayoría de Facebook… NI MODO, HAY QUE DECIRLO…