Ciudad Mante, Tamaulipas, México / Octubre 18 de 2019 / JAM / Se considera un atentado para la mayoría de mexicanos que viven en el país, y que su seguridad, al igual que las de sus respectivas familias está permanentemente expuesta al alto grado de  inseguridad que se padece en territorio mexicano, las absurdas decisiones y ordenamientos de Andrés Manuel López Obrador como presidente de la república, dirigidas a otorgar impunidad a miembros de la delincuencia organizada.

Erróneamente el presidente Andrés Manuel sostiene como sustento a su política de trabajo, el discurso gastado culpando de corrupción a ex presidentes, ex funcionarios federales y demás, por lo que se considera que como primera autoridad en el país, cuenta con las necesarias pruebas para encarcelar a los culpables de ese delito, sin embargo, no lo hace, le resulta más cómodo utilizar ese sonsonete de corrupción, para alentar el odio entre sus seguidores, menospreciando el  hecho de quedar como  cómplice de los corruptos dejándolos en libertad.

A causa de esa inaceptable actitud del jefe del ejecutivo federal, en su participación más reciente, no le importó degradar y humillar a las fuerzas militares, llámese personal de la SEDENA, de SEMAR, de la Guardia Nacional y demás corporaciones federales de seguridad, al ordenar la liberación de un sujeto identificado plenamente con el crimen organizado.

Fácil resulta para AMLO, continuar responsabilizando a los sistemas de gobierno federal anteriores, culpándolos de lo que actualmente se vive en el País, cuando él, siendo aspirante a la presidencia de la república, conocía plenamente las complicaciones que enfrentaría de alcanzar el puesto que hoy ostenta, siendo su obligación hacer lo posible por resolver esta situación y no con su actuar identifiarse como cómplice de los enemigos de la sociedad mexicana.

En la siguiente metáfora mostramos la similitud de hechos; alguien se enamora de un viejo vehículo de modelo atrasado  que había tenido varios propietarios, sabedor que es portador de grandes fallas mecánicas, sin embargo, aun así, se arriesga  y lo adquiere bajo el propósito de en su momento ir solucionado esas fallas, pero sin argumentos válidos, para responsabilizar a los diferentes propietarios de ese vehículo por el mal estado mecánico del mismo. Ese es el caso de AMLO buscó la presidencia de la república durante años, sabedor de lo que pretendía, no obstante,  para justificar su tozudez e ineptitud una vez que alcanzó el puesto máximo de mando en México, se la pasa echándole la culpa a los ex presidentes, del mal estado de la república.

La verdad, son 30 millones de mexicanos que provocaron este desacierto en el País, habiéndole concedido el bastón de mando a AMLO.