Ciudad Mante, Tamaulipas, México / Julio 25 de 2019 / JAM / En esta ocasión, dedicaremos parte del espacio informativo de este Diario Digital www.manteporeso.com para aportar algunos datos referenciales sobre el uso y destino, de esa porción de terreno que nuestros antepasados destinaron para que fuese e hiciese las veces del centro de reunión de los habitantes de lo que antes fue Congregación Canoas, Villa Juárez, hoy Ciudad Mante, habiéndole estampado el título de Plaza de Armas, o Plaza Principal, la que al final se denominó “Plutarco Elías Calles”.

Esta superficie de terreno de aproximadamente 1 hectárea, se ubica en el merito corazón de la Ciudad, de siempre ha servido para concentrar en este lugar a quienes hemos habitado en esta Ciudad, hayamos o no, nacido aquí.

Conforme se dieron los días, meses y años, lo que fue ese terreno baldío, empezó a recibir el trazo de sus andadores, la creación de lo que serían sus jardines, la colocación de bancas para el descanso, la construcción e instalación de monumentos, la presencia de sus cuatro refresquerías, etcétera.

Ya en su momento, llegaría la colocación de mosaicos en todos los andadores de la plaza, surgiría el primer kiosco en el centro de la misma, se plantarían los árboles de sombra y ornato, sería sembrado de césped sus jardines, así como de otras plantas ornamentales.

Este sitio propiedad de todos los habitantes de El Mante, siendo una plaza pública, ha sufrido diferentes transformaciones en su diseño e infraestructura, todo ello, acorde a las ocurrencias de las autoridades municipales en turno, incluso, en los últimos años se ha destinado para albergar en sus andadores a decenas de comerciantes ambulantes foráneos.

Pues bien, nuestra Plaza de Armas, o Plaza Principal, con, o sin el nombre de Plutarco Elías Calles, ha sido escenario para infinidad de eventos masivos, políticos, religiosos, musicales, culturales, estudiantiles, etcétera.

En su entorno, se mantienen como parte del folclor de este distinguido lugar mantense, un legendario grupo de aseadores de calzado, guardando y respetando cada cual su lugar de trabajo.

Aquí; en la Plaza Plutarco Elías Calles existe un sinnúmero de bancas como mudos testigos de muchos y diferentes actos; noviazgos, espacios para lectura, para el arreglo de algún negocio particular, para el trivial diálogo de amigos y, porque no decirlo, para servir de aposento a personas indigentes, incluyendo a personas asiduas a las bebidas embriagantes.

También como mudos testigos de los diversos y cotidianos aconteceres en este lugar público, se localizan monumentos, como el erigido y dedicado a La Madre, al Pipila, el busto con efigie del General Plutarco Elías Calles, la enorme loza pétrea traída de Colorado, Estados Unidos, el hemiciclo a Juárez, entre otros.

En ese mismo espacio de la plaza principal de El Mante, se define el sector en las proximidades del kiosco central, lugar donde se agrede el olfato del transeúnte con el inconfundible olor a letrina, alcohol, sudor, mugre y tabaco, aromas que despiden sus permanentes huéspedes que son un grupo de personas afectas a las bebidas embriagantes.

Más adelante, sobre el andador diagonal al sur, se localiza el sector punto de reunión, de más de una docena de personas de la tercera edad, tratándose de ex empleados, la mayoría de ellos jubilados y pensionados.

En los espacios restantes que deberían servir para que las familias disfruten de espacios abiertos, con predominante seguridad y tranquilidad, estos espacios, permanentemente ofrecen la invasión de comerciantes de todo género, es decir, ya no es aquella fracción de terreno de una hectárea, que desde su creación fue destinada para el esparcimiento de los habitantes y visitantes de esta ciudad, hoy en día es un sitio convertido en verdadero Tianguis y todo esto tiene mudos testigos en sus bancas, sus monumentos, su kiosco, etcétera.

En el presente mosaico fotográfico, se muestran los testigos mudos de los más disímbolos aconteceres registrados en la plaza Plutarco Elías Calles.